El Efecto Tina Yothers (parte I)

Young

Then…

Todos sabemos que ser una estrella infantil es duro de narices. Y todavía lo es más hacerse mayor. Y peor todavía, hacerse mayor delante de los ojos de la audiencia, que ve que como tu cara cambia, la pubertad le pega fuerte a tu cutis y toda tu gracia infantil se ha ido por el desagüe, junto a los pelos del mostacho cantinflero que te acabas de afeitar.

Sólo algunos elegidos superan esta fase. Están los que gozan del «Síndrome Jordi Hurtado», como Michael J. Fox o Kirk Cameron, que mantienen su tez juvenil durante décadas y después están los que digievolucionan tranquilamente, como Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levit o Alyssa Milano. Pero los menos afortunados, la mayoría, al crecerles las extremidades, pierden la magia que un día les encumbró como niños graciosetes del tal o cual serie. Puesto que fue una de las primeras y más sonadas, a esto le voy a llamar «El efecto Tina Yothers».

Tina Yothers era la graciosa hija pequeña de la familia Keaton en Family Ties, una de mis sitcoms favoritas de la historia. No era una monería de niña, pero hacia gracia como ninguna. Hasta que se hizo mayor y la perdió. Escribió un libro que sin duda compraré, llamado Being Your Best: Tina Yothers’ Guide for Girls. Cuando su fama se fue al garete, se tiño el pelo de negro y lo último que hemos visto de ella es su lucha contra los kilos de más en Celebrity Fit Club. Así nos tenemos que ver.

Old

…and now

Otro que sufrió El efecto Tina Yothers es Jeremy Miller, el entrañable hijo pequeño de la familia Seaver en Growing Pains. Perdió la gracia y el interés, debido a una mezcla de los problemas argumentales que produce tener que buscarle tramas adultas a tu antiguo comodín de niño gracioso y porque como actor tampoco no era como para tirar cohetes. Miller vive ahora una apacible vida como chef, pero pasará a la historia negra de la televisión por ser uno de los primeros niños en serio peligro de muerte por culpa de un acosador que quería hacerle cosas feas, hasta el punto que el plató de Los Problemas Crecen se llenó de seguridad privada sin que él se enterase.

Y la última evolución maligna de hoy es la de una de mis actrices infantiles favoritas, Jodie Sweetin. Siempre he creído que, a pesar de que las gemelas Olsen fuesen unos bebés la mar de listos, la mejor actriz de Padres Forzosos siempre fue Stephanie. Empezó con 5 años y terminó la serie con 13. Pasó de ser la sarcástica y cachonda hija mediana, a ver como sus pechos crecían y le plantaban unas gafotas, porque ahora iba a ser la lista. PQC total. Lo peor fue que cuando se acabó la serie Jodie entró en una espiral de depresión y drogas que la llevó a casarse a los 20, a dos matrimonios fallidos, embarazo y reícaida politoxicomanía otra vez. Ahora narra su historia en el libro UnSweetined. Cómo me gusta cuando los famosos escriben sus memorias antes de cumplir los 30.

En una próxima entrega, más daminificados del Efecto Tina Yothers pero con un toque más espeluznante. Niños adorables que al crecer se convirtieron en personajes inquietantes.

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