Muy bien, el niño ya ha nacido. ¿Ahora qué?

¿Soy la única que aún mira In plain sight? Bueno, poco importa ya, ahora que la serie acaba de iniciar su recta finalísima con una Mary que, además de marshall es, mira tú qué cosas, madre. Me dicen hace un par de temporadas que Mary iría por ahí cambiando pañales y oyen la carcajada hasta en el mismísimo Albuquerque, pero claro, cuando va Mary McCormack y se queda embarazada tienes dos opciones: lo incluyes en el argumento o no. Lo primero requiere ingenio durante el embarazo, lo segundo te determina el devenir de la serie, y más cuando se te embarazan personajes tan poco maternales a priori como Mary Shannon (In plain sight) y Temperance Brennan (Bones).

Ya sabemos todos lo divertido (a veces hasta ridí­culo) que resulta intentar ocultar embarazos en pantalla a base de gabardinas, floreros, bolsos, ataques de glotonería y demás invenciones que se agudizan cuando tienes que dar una excusa para la ausencia de la actriz una vez se ha desecho de la barrigota. En How I Met Your Mother tuvieron una época muy intensa en este sentido, y en Grey’s Anatomy ya pueden dar gracias que las chicas llevan bata, porque hace años que no paran de empalmar embarazos. Ningún problema, en unos meses se vuelve al trabajo y como si no hubiera pasado nada. Bueno, ahora en How I Met Your Mother tienen un embarazo real y ficcionado, pero si no me equivoco, Lilly ya estaba embarazada cuando Alyson anunció su futura maternidad (otra vez).

Otra cosa es cuando decides incluir el embarazo en la trama. Para empezar, como tu personaje no tenga una relación más o menos estable en la ficción vas a tener que inventarte cosillas. Nuestra Mary Shannon tiene un flirt con su ex-marido (mira qué cosas, nosotros que ni sabíamos que había estado casada), y Temperance Brennan por fin se lanza a trajinarse a Booth, con una puntería que asusta, que ya podría haberse embarazado hace un par de temporadas cuando casi engatusa a Seelley para que le dejase unos poquitos de sus espermatozoides mágicos. Vale, no era el momento.

Si eres más creativo puedes marcarte un Phoebe (Friends), es decir, gestar los trillizos de tu hermano, o un Bree (Mujeres desesperadas) con un embarazo falso. Ambas opciones tienen una gran y evidente ventaja: después del embarazo te olvidas del niño.

Mary no puede olvidarse de su Norah, pero está siendo divertido ver, con todo lo punky que es ella, cómo se ocupa de su hija que, por cierto, es una preciosidad. Por otra parte, Temperance Brennan tiene a priori casi tan poca madera de madre como Mary, y también será interesante ver cómo se las apañan para continuar con la evolución de la que era la fría Brennan a la que es ahora una más flexible Temperance.

En fin, de Mary ya podemos comenzar a despedirnos, pero Bones es otra cosa, que mucho tendría que trastocarse el universo para que no volviese la temporada que viene.

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