¡No os emparejéis, insensatos!

La Ausiella anda por ahí haciendo palmas porque la Deschanel le ha confirmado – parada técnica para nenazas spoilerfóbicas- que habrá una escena de cama Booth-Brennan esta temporada. Oh my frakkin god! Aunque me muero de ganas de ver a estos dos vivir felices y comer perdices, la forma más rápida de acabar con la serie es convertirles en pareja, por eso espero desde el mismísimo tuétano que se trate de algún escarceo carnal ocasional, que, bien llevado, puede, por otra parte, proporcionarnos las mejores risas.

Fracaso parejil. A los hechos me remito: Luz de luna, Remington Steele, El espantapájaros y a señora King… Y si bien es cierto que cualquier hijo de vecino tardaría tres nanosegundos en insinuarse/benficiarse al cacho carne con el que pasa la mayor parte del día (en serio, es altamente antinatural llevar años trabajando con Booth i no haberlo catado, ni siquiera en alguna loca y sobre-etílica fiesta de navidad), cuando sales en una serie y el susodicho cacho de carne es tu compañero, estás destinado a convertir tu vida en un pozo de tensión sexual no resuelta, por no decir cosas peores.

Moonlighting

Y si por alguna de esas los personajes llegan a conocerse bíblicamente, las opciones para sobrevivir son claras: cortar, como sea, apareciendo dos años después amnésica perdida en una calle de Hong Kong, convirtiéndote en un vampiro sin alma, tirándote a la chica de las fotocopias, o siguiendo alguna estúpida razón a lo Lorelai Gilmore (lo siento, Lorelai, de verdad que me caes bien, pero fue una gilipollez hacer lo que hiciste).

No hay que preocuparse, cortar es simplemente cambiar alguna cosa para que nada cambie, simplemente hay que seguir con el toma y daca hasta que los mecanismos de las series finale se pongan en marcha y, de forma más o menos elegante o precipitada acabéis unidos para siempre caminando descalzos por la playa, o como sea.

Alias finale

Pero insisto, corren tiempos malos para precipitar los mecanismos de las series finale, y no hay forma más rápida de hacer perder el interés que la consumación (duradera). Hace un tiempo se inventaron Standoff, donde los compañeros llevaban tres meses liados cuando comenzó la serie. No llegaron al episodio 19. Hace poco, en Gossip Girl, Chuck iluminaba a Blair sobre los peligros de susurrarse las tres palabras mágicas: si se acaba el juego, se acaba la diversión. No lo podría haber expresado mejor.

En fin, la Deschanel está convencida de que la inteligencia guionística dominará la situación y todo irá la mar de bien. Más le vale, que de lo contrario se queda sin curro.