Mártires del Doblaje

ozores

No quería meterme yo en camisas de once varas al tratar uno de los temas más sangrantes en el mundo teléfilo. Tratar el tema del doblaje entre teligiosos es como ser tan incauto de, en la primera cita, hablar de religión o de fútbol.

Aunque le sorprenda a más de uno, yo no soy una talibán de la versión original, es más, me la puede llegar a soplar hasta niveles desorbitados. Soy de la opinión que las series se puedan ver como a uno le apetezca, ya sea en versión original, con subtítulos o doblado en checo antiguo. Me irrita de igual modo ver como alguien pone cara de asco cuando le dices que ves a pelo “Friday Night Lights” que el que eleva la nariz al cielo diciéndote que no se puede ver “Scrubs” si no es en el idioma que le salió a Zach Braff del culo.

Lamentablemente vivimos en un país donde no se lee mucho y en el que nos han acostumbrado a los doblajes y, sin ser motivo de deshonra, eso nos ha discapacitado hacia otros idiomas. Eso se habría solucionado sin los doblajes, está claro. Pero, como no es así, no debemos flagelarnos más y aceptar que, narices, tenemos grandes dobladores en España. Hay dobladores que superan al original y hay otros que clama al cielo que alguien les haya permitido ponerse delante de un micro (el reciente doblaje de “Prison Break”, et. al.).

salem

Amigos, para todo hay cabida en la viña del señor. A veces, me gusta regocijarme de los silencios impregnados de matices sólo apreciables en la versión original (ahora es cuando le doy una calada a la pipa gafapástica) y, otras veces, sólo me apetece disfrutar de la tranquilidad de mi sofá oyendo a Lorelai Gilmore en el idioma de Cervantes. He aquí un doblaje mejor que el original, aunque me pese reconocerlo. Así que, filmotequeros del mundo, dejad que las gentes vivan en paz y que vean a Hiro Nakamura hablar en castellano, si les da la gana.

Todo sea por el bien de la televisión. La difusión nos hará grandes. ¿O es que ahora me haréis creer que de pequeños le mandabais cartas al director de RTVE para que emitiesen “Santa Barbara” en versión original?

Dicho esto, comprendo que, al doblar una serie a otro idioma, de por si se pierden muchas bromas y dobles intenciones. Hasta aquí todos de acuerdo. Pero, ¿es necesario asumir que el espectador es más corto que el rabo de una boina? En las sitcoms se acostumbran a hacer referencias constantes a la cultura popular, así que algunos de los amables traductores de las series en nuestro país, tienen a bien de facilitarnos la comprensión del texto y, en vez de permitirnos conocer la referencia original de la escena, nos regalan una imagen mucho más pátria. De este modo, gracias a estos artistas del doblaje, todos nos hemos sentido identificados con Steve Urkel imitando a Chiquito de la Calzada, Will Smith cantado canciones de “Los Manolos” o el gato se “Sabrina, cosas de brujas” hablando de Carmina Ordoñez.

grace

La semana pasada decidí revisionar “Will & Grace”, esta vez en su versión doblada y, cuál fue mi supina sorpresa al descubrir que algún mártir de la causa no se le había ocurrido nada más que, entre otras lindezas, comparar el pelo de Grace al de Raquel Mosquera, hacer que Will viese el programa de Ana Rosa o que Jack fuese fan de Sara Montiel. Con lo que me gusta esta serie, en lo único que podía pensar era en si me arrancaba los pelos con las manos o me lo rapaba al cero como Britney Spears.

Desde aquí hago un llamamiento a los traductores de España para que se corten un poco y dejen de traducir por la patilla. Que si dicen que quieren ser como Oprah Whinfrey no se pongan a crear, que no, que María Teresa Campos no es como Oprah.