Bones… tú eres sólo huesos

Bones

«Bones» es una de las series que se fueron acumulando en mi archivador durante meses y hasta que le llegó su turno. Mi querido consorte tiene a bien bajarme regalarme los primeros capítulos de infinidad de series y yo, después de visionarlos, le digo si quiero que me baje compre la serie completa o no. El problema es que siempre le acabo diciendo que quiero las series enteras, porque tras el visionado de 4 capítulos pues , qué queréis que os diga, le cojo cariño a los personajes y a las relaciones y quiero ver más. Eso me pasó con «Bones«, una serie que nadie me había tirado por los suelos pero que nadie me había recomendado encarecidamente. O sea, ni fu ni fa.

Tras ver el primer capítulo, en un intento de optimizar mi tiempo libre, intenté convencerme de que la serie era algo manida y que no ofrecia nada nuevo en lo que malgastar mi escaso tiempo. Pero tras los 4 primeros capítulos decidí que esos personajes merecían una oportunidad, al menos una temporada.

La serie se llama Bones, por el apelativo que recibe la protagonista, Temperance Brennan (Emily Deschanel), una cerebrita antropóloga forense (escritora de best-sellers en su tiempo libre), por parte del agente Seeley Booth (David Boreanaz), un agente del FBI que sirve de enlace entre el gobierno y los friqui-científicos del insituto Jeffersonian. El FBI necesita a estos genios para identificar, normalmente los huesos, de los cadáveres irreconocibles que se van encontrando en sus casos más raros. Aunque, a veces, no tienen ni esqueleto y se tienen que conformar con analizar uñas, caca y bichos del intestino delgado.

Booth

Lo más llamativo de la serie, a priori, es la relación de tensión sexual irresuelta entre Booth y Brennan, á la Mulder y Scully en «Expediente X«, que es una fuente incesante de choques culturales y sociales así como de pasión por el polo opuesto. Nota mental personal: ¿Quién no se iba a sentir atraído por Booth? Brennan es un genio con los muertos, pero lo de tratar con los vivos se le da fatal, mientras que Booth es un tío terrenal que confía en que las pruebas para resolver los crímenes están en las personas, en las vivas, vamos. Desde el momento en el que les emparejan, sabemos que entre ellos hay química, aunque es algo que nunca se va a resolver, que no van a friccionar, vaya. Hasta la fecha, al menos.

«Bones» es una serie amable. Es de aquellas con las que no requieres estar especialmente preparado para enfrentarte a ellas. Yo, vulgarmente, las llamo «series de repuesto«, porque son de esas que veo cuando estoy harta de comemrme el coco con las demás y me distraen un rato. Estas series las veo mientras desayuno o cuando estoy baja de batería cerebral y siempre me reconfortan. «Bones» no es una serie para tontos, pero requiere un bajo nivel de atención pues, aunque mezcle la trama policial con descubrimientos científicos, la historia está dotada de un toque de humor y buenrollismo que permite que no quieras vomitar al ver los cadáveres putrefactos y puedas ver como la Dra. Brennan y sus secuaces rebuscan entre los restos de los muertos.

trio

Toda serie amable tiene que estar plagada de secundarios entrañables y «Bones» cumple a la perfección con los ayudantes de la Dra. Brennan. Los tres friquis del laboratorio son Ángela Montenegro, la pintora que reconstruye las imágenes 3-D de los muertos, Zach Addy, el niño mega-superdotado poseedor de 3000 doctorados pero ni idea en mujeres y Jack Hodgins, el paranoico experto en bichos y en teorías conspiratorias encubiertas del gobierno. Evidentemente, lo más divertido es ver como el agente Booth se relaciona con estos curiosos personajes a los que él llama «mirones».

De momento, no voy a ver aún la segunda temporada de la serie, pues las series se me acumulan en mi super pila y ahora estoy viendo del tirón todas las temporadas de «Battlestar Galactica«, pero estoy segura de que voy a bajarme adquirir los siguientes capítulos, para cuando vuelva a tener un momento de desintoxicación serialera. Así que si sois de los míos, de los que os organizáis lo suficiente para combinar el visionado de lo nuevo y lo viejo y necesitáis ver un poco de todo, os recomiendo encarecidamente «Bones«. Si, por el contrario, sois de los que necesitáis seguir la serie del momento («Lost«, «Heroes«, blablariblú) y pasáis del amor universal a la televisión, no creo que os dediquéis nunca a perder el tiempo con un caramelito como este.

Para los más fricosos, os diré que David Boreanaz tiene un blog asociado a la web oficial de la serie, donde va explicando su vida e impresiones del mundo varias y, de vez en cuando, pone imágenes inéditas del rodaje y otras curiosidades curiosas.