La Cazatesoros, ¿por qué?

Cazatesoros
Relic Hunter” es una maravilla de serie canadiense, formada tan sólo por tres temporadas (1999-2002), cosa que desconcierta porque hace 5 que la ponen en Telecinco, así que me huele a chamusquina. Más si cabe. Se que me estoy jugando el cuello, pues cada vez que digo que no me gusta algo me crecen los enanos. Si la última vez fue la sociedad (underground) protectora de animales, ahora ¿qué será? ¿Los becarios de la facultad de historia de la Complutense?

Sydney Fox (Tia Carrere, tremebunda actriz donde las haya) es una profesora de la universidad ficticia “Trinity College” y buscadora de tesoros a tiempo parcial, que cual cazarecompensas se dedica a devolverlos a los museos o a su propietario original, no sin antes luchar contra los malvados expoliadores culturales. Cualquier día se lía a hostias con la SGAE. Sidney va a todas partes con Nigel (Christien Anholt), sus asistente lingüístico personal con el que tiene una sana tensión sexual. Como no, ella va por ahí en paños menores y el tío tiene pinta de estar soltero y entero.

Tia
Mis pesquisas personales me han desvelado que a la gente le mola mucho que sea una mujer aventurera y luchadora; pues que miren “Alias”, “Xena, la princesa guerrera” o “Los ángeles de Charlie”. Hasta “Se ha escrito un crimen” me pone más.

Total, que con Tomb Raider quisieron hacer la versión femenina de Indiana Jones, y con la Cazatesoros, la versión cutre-salchichera de Tomb Raider. Pero claro, esto no es lo peor, lo peor es que vuelvo a mi lucha contra la programación indocta e insidiosa, pues hagas lo que hagas (ponte bragas), cada puñetera mañana de los sacrosantos fines de semana ahí está ella dando por saco, desplazando a nuestras series matutinas como “Summerland” o “Alias”. Esto último, flagrante.

Y, por favor, no me intentéis llevar la contraria diciendo que con este tipo de series se aprende historia, porque me rasgo las vestiduras. Degraciadamente, una de mis carreras, tiene bastanta relación con el tema y me entran ganas de llorar. Para muestra, un botón. Aquí tenéis mis 10 tesoros de “Relic Hunter” favoritos:

1. La pistola de diamantes de Al Capone
(con su metralleta de tercioplelo a juego)
2. La guitarra perdida de Elvis Pressley
(esto es arqueología y lo demás son tonterías)
3. El libro del amor de Casanova
(¡y a follaaaaar!)
4. La espada mágica de San Gabriel
(Y las llaves de la puerta de San Pedro, ¿qué?)5. El reloj de sol de Zeus
(Era super importante para él saber la hora)
6. La coraza de Julio César
(¿Tú también hijo?)
7. Las profecías de Nostradamus
(Jopetas, yo quería las de Paco Rabanne)
8. La primera cruz cristiana
(Dos palos de polo pegados)
9. El tesoro de “La isla del tesoro”
(y Stevenson allí estujándose el coco para escribir ficción…)
10. La caja de Pandora
(creo que a mí se me escapó hasta la esperanza después de leer esto).

En la web de sus mayores fans me he encontrado esta broma, que se ve que hacen muchas de estas:

Knock, Knock
Who’s there?
Anne
Anne who?
Anne-cient Studies!

Dios mío, me van a odiar, pero prefiero mil veces los chistes del “Camareroooo, una de mero”.