The Carrie Diaries

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Si sois unos nostálgicos empedernidos como yo y este verano tenéis ganas de distraeros, os recomiendo que le deis una oportunidad a The Carrie Diaries. No seáis prejuiciosos y estirados, porque es una serie muy digna y, en el fondo, poco tiene que ver con Sex and the City, si es que eso os preocupaba.

Stephanie Savage y Josh Schwartz, responsables de maravillas adolescentes de los últimos tiempos como The O.C. o Gossip Girl, ya hacía tiempo que tenían ganas de hacer algo bien ochentoso y lo intentaron con Valley Girls (¿recordáis?), ese spin-off fallido de Gossip Girl, pero como eso no fraguó, encontraron la oportunidad de sumergirse en los ’80 gracias a las novelas de Candace Bushnell de cuando Carrie Bradshaw era una adolescente. A pesar de que Carrie Bradshaw es un icono del siglo XX y he visto casi todos los capítulos de Sex and the City, no se puede decir que sea una fan acérrima de la serie, así que encaré The Carrie Diaries como una serie adolescente más. Y, qué narices, no me decepcionó.

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Carrie es aquí una joven dicharachera (y virgen), muy entrañable y amiga de sus amigos. No son ni de lejos los populares del instituto, pero molan, claro. Carrie, por supuesto, es una chica madura para su edad porque, entre otras cosas, su madre se ha muerto y su hermana pequeña está en fase rebelde emo-trash y su padre está viviendo una segunda adolescencia. Como es una serie de adolescentes clásica, ahí está recuperando la naïveté de antaño, sus mejores amigos son un poco clichés pero en plan bien: la lista, la ligera de cascos y el gay (enclosetado). Y su, proyecto de novio (Austin Butler), el típico rubio ricacho que parece un poco malote pero de buen corazón, ya me entendéis.

Pero aunque poco tenga que ver con la idea que tenemos todos en la cabeza de Sex and the City, alguna referencia tiene que caer, para que los espectadores encuentren lugares comunes. Para empezar, The Carrie Diaries es básicamente la historia de amor de Carrie y la ciudad de Nueva York y, después pues nos regalan pequeños guiños, que si sois unos haters pues encontraréis cutrísimos, pero que si sois más laxos como yo, pues os harán hasta gracia: Carrie probando su primer Cosmopolitan, Carrie corriedo por la ciudad con una falda tutú, Carrie descubriendo a Manolo Blahnik. Se rumorea que para la segunda temporada, introducirán personajes que estarán en la vida de la Carrie del futuro, empezando por Samantha, quien podría ser la prima de la bitchface del instituto Donna LaDonna. No me digáis que no es un nombre maravilloso para un personaje tetudo y hostiable.

80s-styleDonna LaDonna y sus perras falderas

Como os decía, si vivís en la nostalgia como yo, The Carrie Diaries será una orgía de música ochentera, colores, hombreras, cardamientos y Larissa Loughlin, quien encarna todo lo que los ochenta representan (en la mente de alguien del 2013) en un solo personaje. Mi personaje favorito. Larissa, interpretada por Freema Agyeman será reconocida por todos los fanses del Doctor Who, como Martha Jones, companion de David Tennant. Pero ojo, también estoy muy a favor de la joven Carrie, pues AnnaSophia Robb y su peluca rizada me parecen ochenteramente entrañables. Por no mencionar que le han hecho un favor a Sarah Jessica Parker, porque su auténtico aspecto en su juventud era ESTE.

Viva los 80.

No es la mejor serie del mundo y probablemente dure sólo un par de temporadas más (con suerte), pero es una serie digna. Y quién no sepa apreciar estas pequeñas alegrías sin pretensiones que nos da la tele es que quizá ya tendría que ir pidiendo hora en el geriátrico.

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