Good Christian Bitches para el verano

Estas épocas veraniegas siempre me sirven para ver toda la morralla que he ido acumulando en el disco duro durante toda la temporada. La mayoría son realities y series de relleno, pero a veces te encuentras joyas dignas de admirar. La pena es que muchas de ellas son series que algún desalmado ha decidido cancelar antes de tiempo y el mundo se ha olvidado de ellas. Este es el caso de GCB, una serie que deberíais ver todos a los que aún os queda sentido del humor y que cancelarla haya sido, probablemente, el mayor error de la ABC esta temporada.

La primera cagada fue el nombre de la serie. A ver, ¿qué narices quiere decir GCB? Primero fue Good Christian Bitches (título original del libro en el que se basa), luego Good Christian Belles, porque lo de “bitches” en la misma frase que “christian” era demasiado blasfemo. Así que decidieron tirar por el camino del medio y dejar simplemente las iniciales. Un error garrafal, por supuesto, porque una cosa es que yo me sepa toda la historia del nombrecito, pero la Peggy Sue de Kentucky de turno, se queda con cara de besuga ante la visión de esas tres letras brillantes. Aunque personalmente creo que el mayor error ha sido del departamento de marketing de la ABC, que no ha sabido vender la serie por lo que realmente era, una comedia como no hay ninguna en la parilla en estos momentos.

GBC ha vivido exactamente lo que Grosse Pointe hace 12 años. No sabéis lo que es Grosse Pointe, ¿verdad? Pues lo mismo pasará con GCB en unos meses. Lo peor de todo es que ambas series son creación del grandioso Darren Star, un señor que debería tener el triple de cult following que Joss Whedon: creador de joyas como Beverly Hills 90210 o Melrose Place (también Sex and the city) y de grandes series canceladas demasiado pronto como Miss Match, Kitchen Confidential o la misma Grosse Pointe, que no era más que una auto-mofa muy loca de Beverly Hills 90210 y sus actores. Star es un amante del culebrón y la locura, pero sus proyectos más arriesgados nunca acaban de ser comprendidos por la audiencia, pues se ve que el gran público a veces le cuesta aceptar el humor negro y dejar de cogérsela con papel de fumar.

GCB es una serie que no se toma en serio a si misma, y yo tengo una debilidad por estas cosas. En GCB todos son unos buenos ciudadanos de Texas y más cristianos que Job, pero que a la vez son unas perras del infierno enormes y que en cualquier momento te suben al púlpito de la iglesia a cantar canciones de tu marido muerto en un accidente de coche mientas su amante le hacía una revisión de bajos. Impagable. Y más si tienes a Kristin Chenoweth en el reparto. Hay que sacarle provecho a esas cuerdas vocales. Aunque no consiguieron que los beatos amasen la serie a pesar de que la Chenoweth es una mega cristiana reconocida, a la que hay que valorarle enormemente la capacidad que tiene de reirse de si misma y de sus propias creencias.

Pero claro, reírse de la iglesia, de los meapilas y de los amantes de las armas es muy peligroso en la tele americana de hoy en día y al final consiguieron barrerla de la parrilla. No dudéis nunca del poder de la religión sobre la televisión americana, pues son capaces de destruir una serie antes de que se estrene, como está pasando ahora mismo con The new normal, que ya han conseguido vetar en un canal de Utah por el temita del matrimonio homosexual que quiere tener un bebé vía vientre de alquiler.

Lo mejor de todo es que viendo hoy la imdb me he enterado que para estrenar GCB en español la han re-bautizado como Golfas, cursis y beatas, un nombre que si bien capta la esencia real de las protagonistas de la serie, no deja de ser otra creación maravillosa de nuestros queridos traductores televisivos.

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