Spy-fi, o espías con cacharritos imposibles

Con la renovación de Nikita (Yeiiiiii!) y la renovación de Chuck (Yeiiiiiii! / Whuck?!) nos aseguramos el regreso en otoño de algunas buenas dosis de spy-fi o lo que es lo mismo, espías que echan mano de elementos típicos de la ciencia ficción. Vaya, una mezcla de géneros que se refleja en el intersect de Chuck o en los gadgets que se gastan en Nikita. Pero dejémoslo claro: el máximo exponente del spy-fi televisivo moderno es Alias, los dioses televisivos la tengan en su gloria.

Hace algunos números, en la revista SciFi Now hicieron un repaso de la historia del spy-fi, género que más o menos nació en los años sesenta de la mano de la guerra fría, la carrera espacial y una cierta revolución/ensoñación tecnológica. Series como The Avengers en UK o The Man From UNCLE en los estados juntitos se lanzaron a ello, para luego continuar con The Wild Wild West (que también añadía el western, toma ya), Get Smart (que mezclaba elementos cómicos), Mission: Impossible o incluso The Prisioner.

Es interesante cómo los chicos de SciFi Now prefieren incluir series como The Bionic Woman o The Six Million Dollar Man on otro género más cercano a The incredible Hulk y mucho más setentero. También es interesante ver cómo la saga Bond de Ian Fleming no se lanzaba demasiado al spy-fi en los libros, pero la moda del momento convirtió la película Moonraker, por ejemplo, en toda una oda al spy-fi, con sus trajes espaciales y similares, inexistentes en el libro.

Y parece que hubo sequía de spy-fi hasta que llegó Alias con su Rambaldi y su Marshall inventando cacharritos imposibles, y Sydney por ahí dando patadas acrobáticas y luchando contra el mal. Porque tenemos claro que lo de los gadgets de alta tecnología es característico del spy-fi, pero también lo es la existencia de un malvado malísimo (tomen nota Sloan, Percy o Volkoff) así como organizaciones más o menos turbias (SD-6, Divison, etc.). Y sí, también corren el peligro de que se les vaya la olla, pero todos preferimos olvidar el momento zombis+bola roja de Alias, ¿verdad?

Se incluye fácilmente en el grupo la británica Spooks, y mención especial a Jake 2.0., que a mí me gustaba, ¿qué pasa?. Más difícilmente incluible es 24, a no ser que consideremos la capacidad de Jack Bauer para no ir al baño en horas un elemento de ciencia ficción. Supongo que lo mismo sucede con Covert Affairs, más en el terreno de los espías de entretenimiento ligero que de la ciencia ficción, y veremos por qué camino avanzará Missing, con Ashley Judd buscando a su hijo por ahí y «enfrentándose a su pasado». Me provoca tanto miedo como atracción, y es que un trailer que acaba con las palabras god help whoever has him es para preocuparse.

By the way, tengo pendientes las historias de Juan Cabrillo en Oregon Files, ¿alguien las ha leído?

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