The Vampire Fiesta

Nuestro amigo el product placement es algo a lo que estamos más que acostumbrados. Yo lo acepto, lo abrazo y me zambullo en él, que todos sabemos que la tele no se hace gratis.

No soy de las que se rasga las vestiduras cada vez en en el Laguna Negra reciben un paquete o se contectan a internet (que por cierto, cuánto daño ha hecho la cuarentena), aunque sí es cierto que la vida teligiosa me había acostumbrado a que en los estados juntitos fueran más sutiles, todo lo sutil que se puede ser cuando plantas un product placement, claro.

Total, que en The Vampires Diaries la semana pasada se marcaron un dos por uno que ni en el Carrefur. Tranquis, no hay spoilers:

Uno, los chicos de Ford, que esta temporada se han aliado con los vampiros para vender el nuevo Fiesta a los adolescentes del universo, y dos, la banda sonora de la serie, que incluye la canción We Radiate de Goldfrapp. Lo que dirían en mi pueblo: con un par.

The Vampire Diaries Ford Fiesta

Es lo que hay, ¿no? Supongo que es lo que pensarían los guionistas de 30 Rock (parada para que servidora se arrodille y se vuelva a levantar) cuando escribieron esto:

Lo de 30 Rock no es solamente eso, la misma serie es un product placement general a la NBC, aunque las referencias estén más que envenenadísimas, y aunque lo que se estila es tirar de menciones a programas de tu misma cadena o conglomerado, tampoco se cortan un pelo en sacar ahí a la CBS. Grande.

Luego están los chicos de Mad Men, que claro, como no pueden sacarse de la manga ni Ford Fiestas ni conexiones móviles, te ponen ahí al señor Hilton y chim pum. También recordaréis el capítulo de Modern Family dedicado al iPad, guionizado con grandeza, por cierto, la misma que se gastaron en Ugly Betty dedicando un capítulo a Wicked.

One more thing, si veis American Idol ya os habréis acostumbrado a intentar vislumbrar a los jueces detrás de los enormes vasos de coca-cola, y también a ver entre el público a los chicos de Glee, de Bones o al tipo calvo de Fringe.

Claro, y si veis la tele en general ya estaréis acostumbrados a los logos, marcas y demás que suelen inundarlo todo. En realidad, como la vida misma, ¿no?