Pretty Little Liars

La ABC Family está a un tris de convertirse en la cadena de cabecera de esta santa casa, pues casi todas sus series nos ofrecen lo que buscamos sin pedir mucho a cambio. Desde Greek a Make it or break it, la ABC Family nos regala puro escapismo, y con Pretty Little Liars ha añadido un nuevo miembro a la familia.

Resumiendo. En un pueblucho lleno de cotillas hay cinco amigas de instituto, una de ellas (la jefecilla perra) desaparece. Al cabo de un año las demás empiezan a recibir mensajes de la desaparecida (más tarde muerta). Alguien las quiere putear y airear todos sus secretos. Y el misterio se alargará hasta el final.  Hasta aquí todo claro. Pero bueno, ya sabéis lo que opino de las premisas cortas y los prejuicios. Si os dijesen que Friday Night Lights va de un equipo de futbol americano de un instituto en Texas nadie la hubiese visto. Yo sí, claro, pero es que la promesa de machos hostiándose es muy tentadora.

Para disfrutarla, como siempre, dejarse llevar por los misterios, las mentiras y las chorradas adolescentes que tanto nos gustan. Si nos empezamos a plantear si las historias no cuadran o están cogidas por los pelos, no disfrutaríamos ni viendo Informe Semanal. En Pretty Little Liars, el secreto está en los actores que han escogido, pues no sólo las cuatro chicas protagonistas están muy bien cada una en su papel, sino que los padres que les han elegido son prometedores desde el minuto uno. Los padres de Aria (Lucy Hale) son Holly Marie Combs y Chad Lowe, el hermano feo de Rob. Y si bien Piper no fue nunca mi Embrujada favorita, está muy bien volverla a ver en televisión. Pero para insuperable, la madre de Hannah (Ashley Benson), una perricerdísima Laura Leighton en un papel no muy diferente a los que nos tiene acostumbrados.

Si Aria es la más independiente (con rollete con el profe incluído), Hannah es la ex-gorda ahora popularísima. Completando el cuarteto, Emily (Shay Mitchell), de la que me he enamorado en su papel de adolescente buscando su identidad sexual, y Spencer (Troian Bellisario), una empollona competitiva hasta la médula. Claro que de Troian lo que más me gusta es que es hija de Donald P. Bellisario, quien marcó mi infancia con series como Magnum P.I., Tales of the Gold Monkey o Quantum Leap.

Muchos dirán que es un cruce entre cosas que ya se han hecho, muy probablemente se mencionará Sé lo que hicisteis el último verano y se mezclará con algún culebroneitor adolescente tipo Gossip Girl. Por decir algo, vaya. Y, claro, todo nos recuerda a algo que ya se ha hecho antes. Todo está inspirado en algo anterior. Todas las series han sido tachadas de poco originales. A no ser que lleven el sello del cable, aunque no todos los cables sirven, pues la ABC Family también lo es.

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