El efecto SyFy

Hace ya casi un año que los amiguetes del entonces Sci Fi se pasaron al SyFy (imagine greater). Básicamente pretendían tener una marca cuyo nombre poseyeran ellos solitos (Sci Fi es el diminutivo «oficial» para ciencia ficción) y, más importante aún, rebrandizarse para abrazar una programación que no apuntase tanto hacia la idea clásica de ciencia ficción sino más hacia un «entretenimiento basado en la imaginación». Vaya, quitarse el lastre de friquis o geeks que van por el mundo diciendo cosas como live long and prosper.

Sea como sea, y aunque la ciencia ficción es un género difícil, lo cierto es que no corren malos tiempos para ella (la ciencia ficción, digo) dentro o fuera del SyFy. Todos nos alegramos de que Battlestar Galactica la acercara a públicos que desconocen que un sable láser es un arma noble para tiempos más civilizados. También fue un punto que el hombre de moda, J.J. Abrams, se lanzara a dirigir su propia versión de Star Trek, o que Fringe haya tenido una fantástica progresión instalada cómodamente en el terreno de lo fantástico (hasta creo que los de SyFy deberían contratar a Walter para que les explicase eso de que a veces imaginar algo ya lo hace posible).

No cabe duda de que los de SyFy, y a pesar de las críticas iniciales por el rebranding, han tenido un buen año, o una buena temporada, diría que la mejor de su historia. Así llegaron a los upfronts del pasado marzo en el MOMA  (nada menos, y coincidiendo con la exhibición de Tim Burton) y con sus series bandera bajo el brazo: Caprica (efecto gafapasta), Warehouse 13 (efecto éxito total), Eureka (ya un clásico), Stargate Universe (estilo menudo despiste llevamos), Haven (el Colorado Kid que llega este verano), Phantom (reimaginando, reimaginando la acabaré liando) y Amanda Tapping, una institución ella misma (vale, y que ahora sale en Sanctuary). Ok, también había por allí algunos wrestlers, otro clásico del SyFy… en fin.

Pero como los chicos de SyFy van de imagine greater, se han lanzado a la tele realidad de segunda generación, esa que hacen tan bien los americanos (unscripted show, dicen, pues vale, como si eso existiera), y que SyFy ya lleva explotando un tiempo con los Ghost Hunters (tal como suena, cazando fantasmas) y derivados diversos, Destination Truth (el Calleja de lo inexplicable) o Scare Tactics (asusta a tus amigos mientras Tracy Morgan se lo mira).

Pues eso, siguiendo con la reinvención, para la noches de los jueves de este verano, nos preparan Mary Knows Best (o cuando Brie Vandecamp se hizo «psychic») y Fact or Faked, paranormal files (que no es culo o codo sino más bien una versión super guay de cuando Carmen Porter explica lo de las cosas raras en las fotos).

En otoño ya tiran la casa por la ventana entrando en el terreno de las cocinitas con Marcel’s Quantum Kitchen, el programa del gastrónomo molecular que se va a montar una mega fiesta culinaria cada semana. Los fans de Top Chef ya conoceréis a Marcel Vigneron, el resto tendréis que acostumbraros a su peinado y a su arrogantez. Yo solo puedo decir que el mundo de los concursantes de Top Chef es muy tenebroso.

También preparan un docudrama de los mismos que hicieron Locked Up Abroad (viajeros encarcelados en el extranjero, así, suave). Esta vez va sobre gente diversa con experiencias paranormales de difícil explicación. Supongo que mezclarán entrevistas con recreaciones de ficción (por qué sigo acordándome de fragmentos de Cuarto Milenio?).

Aunque quede claro que para programas nuevos, mi preferido es Face Off, con concursantes y todo que tendrán que maquillar y currarse efectos especiales de todo tipo para triunfar como el aguaplas. El Project Runway de los efectos especiales. Oyes, me parece divertido.

Y en el reverso tenebroso de la fuerza tenemos un montón de proyectos sin luz verde definitiva y futuro incierto. Pero en la línea de la reinvención hay por ahí un encargo de piloto de comedia con Jonathan Silverman y Michael Rosenbam implicados. El asunto va de dos actores, antes populares en el entorno sci-fi pero ahora en lo más profundo del pozo, que intentan salir adelante. Espero que si se materializa tenga mejor recibimiento que Outer Space Astronauts, pobres…

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