Los cinco de Leverage

Extrañamente en mí -que nunca había sido muy fan de los llamados procedimentales, vaya, series «de casos» (por culpa de la señora Fletcher a quien sí, tengo mucha manía)- llevo meses enganchada a casi cualquier cosa que comience y acabe en cuarenta minutos y no me obligue a romperme la cabeza con teorías extrañas. Igual es una fase, qué sé yo.

No hay forma humana de evitar grandezas absolutas como Bones, seguida de cerca de Castle y otras muchísimas más que para gustos, colores (otro día me ocupo de Warehouse 13), pero también ha entrado en mi lista una de esas cosas de TNT que no llega a ser The Closer pero que está funcionando bastante bien y que, oye, es muy digna. Unos dirán que es algo así como Ocean’s Eleven hecho serie. Hombre, tampoco exageremos, reconozcamos que es más un The Italian Job (versión Mark Wahlberg) para la tele, que de presupuesto tampoco deben ir muy sobrados.

Leverage

El tema, un Timoty Hutton dolorido, resentido y beodo que busca venganza por la muerte de su hijo a manos del egoísmo de la empresa aseguradora para la que trabajaba. Una cosa lleva a la otra y el tío se convierte en el cerebro de un divertido grupo de ladrones en general dedicados ahora a robar a los malos para hacer justicia con los buenos. Son, además del cerebro Hutton, el gallito pegón (Christian Kane), la ladrona escurridiza (Beth Riesgraf), el hacker (Alec Hardison) y la lianta (Gina Bellman). Todos de su madre y de su padre y, mayormente, algo pirados. Aquí tenéis la definición de Leverage, que eso también os aportará luz y yo no pillo cacho de estos términos y cosas.

Está claro que nadie ha descubierto aquí la sopa de ajo, pero al final les queda una cosa divertida con sus giros y sorpresas finales pero que es necesario mirar sin demasiadas pretensiones. Sí, muchos dirán que podría ser bastante más. Claro que sí, pero no todo en esta vida pueden ser obras maestras de la televisión contemporánea, que Alan Ball está ocupadillo con sus vampiros.

Leverage

Otros, también, la comparan a la baja con la británica Hustle. Pues no sé, que yo esta no la he visto, y no por falta de ganas, que vendería mi alma a Belén Esteban, Oprah y Sookie Stackhouse juntas para poder dormir sólo 5 minutos al día y convertirme el súper teligioso que ha superado el nivel de fuerza del súper teligioso. Bueno, vale, va a la lista de “pendientes”, pero a mí Leverage ya me sirve. Me divierte, hace reír, y los 40 minutos pasan en un plis. Además, si llevara gafas de pasta, diría que el último episodio que he visto, The Two Live Crew Job, es sencillamente sublime. Y así, hablando de sublimeces y sublimaciones, mención especial a la genial aparición del injusto secundario eterno, Mark Sheppard en el arco principal de la primera temporada aportando grandeza allí donde va.

Con estas cosas raras que hacen, resulta que la segunda temporada tiene dos partes, una recién acabada y la otra a iniciarse en invierno con la mid season. La tercera, ya con su luz verde y todo, seguramente llegará en verano. Y yo que me alegro.