La maldición de Babe Ruth

Y seguimos para bingo con otro post veraniego de escasa utilidad, pero como tengo la incordiante habilidad de recordar cosas inútiles y olvidar las realmente útiles, pues no me queda otra que, al menos, ayudaros a ganar alguna partidilla al trivial, o daros algunos datos para que os quedéis con vuestros amiguetes la próxima vez que elucubréis sobra la isla o sobre si John Locke en otra vida fue un Master del Universo. Hoy va de baseball, los Red Sox y Perdidos.

Bien, de todos los deportes olímpicos que entiendo escasamente, el más paradójico es el baseball. ¿Por qué? Pues porque ni lo entiendo demasiado ni demasiadas ganas que tengo de entenderlo, la verdad, pero en cambio sí sé (all i know in life i learned from tv) que los bates de baseball son lo mejor contra cacos y maleantes a domicilio, que los malos padres nunca van a ver los partidos, que a los tres strikes te vas fuera, que un home run mola mogollón, que hay cromos que se pueden coleccionar y que Babe Ruth es un héroe nacional.

Yo sigo sin pillar demasiado lo del pitcher y el catcher (más aún cuando la wii me ha enseñado lo inepta que soy para batear), pero ahí va un poco de historia: Babe Ruth, considerado el mejor jugador de todos los tiempos, formaba parte de los Boston Red Sox desde 1914. El tío ya iba labrándose su futuro como leyenda, pero digamos que también tenía un carácter difícil. Se dice que, hablando llano y mal, consiguió inflarle las pelotas al dueño del equipo, que hizo un trato para enviarlo a los New York Yankees, el equipo enemigo-enemigoso de siempre y que, además, por aquel entonces se hundía en la miseria deportiva.

Los Red Sox ganaron la liga de baseball americana (world series, la llaman) en 1918. Después de la venta de Babe Ruth entraron en sequía total mientras que los Yankees se fueron convirtiendo, con tiempo y una caña, en el equipo que más ligas ha ganado. El mal yuyu que cayó sobre los Red Sox desde 1920 se conoce como la maldición de Babe Ruth, que no se rompió hasta el 27 de octubre de 2004, cuando los Medias Rojas volvieron a ganar la liga, para estupor del pobre Jack, perdido desde el 22 de septiembre, que necesitó que Ben le pusiera el vídeo para creérselo (y ni con esas, qué cachondos los guionistas).

Vaya, que en una versión española, nuestro Jack de turno (¿Hugo Silva?) perdido en Perejil, se habría interesado por la eurocopa y le habrían dicho: la roja, macho, la roja, y Hugo habría flipado, normal. ¡Qué cosas!

By the way, aunque estamos en año olímpico, para servidora, la imagen deportiva del 2008 será Casillas alzando la eurocopa (y ni siquiera me gusta demasiado el fútbol, pero soy sensiblera a la par que impresionable), aunque esto no viene a cuento, solo que para una vez que hablo de deportes, pues me apetecía explicarlo.