Mi problema con Kristen Bell

Kristen

Tras insistentes demandas (sólo han sido 2), me he decidido a explicaros brevemente los altibajos en nuestra relación que hemos venido experimentando Kristen y yo.

Me cuesta separarme del personaje, porque yo a los actores no les conozco, sólo conozco al personaje y es al único que amo por lo que es y por lo que me da. Dicho esto, para mí Kristen es a Veronica, lo que Verónica es a Kristen, porque Veronica me gusta, y a Kristen no tengo el placer de conocerla. Entonces, cuando conoces a un personaje genial, le conviertes en amigo tuyo, le quieres y le cuidas y no quieres que nadie le haga daño. Y menos, que se haga daño a si mismo, mancillando esa imagen utópica. Quizá tengan algo que ver todos esos rumores que incluyen a la Bell, a pesar de su aspecto dulce y virginal, en ese pack de hard-pAArtiers como la Lohan o la Barton. ¡Noooo, mi entrañable Veronica no!

Y algo que no entiendo es por qué hay muchas mujeres que cuando les dicen “posa para una foto”, sólo se les ocurre, o tocarse en plan cachonda salida, sacar la lengua en plan chupiglopi o poner ojos de cordera infantil que se dejaría hacer pam-pam en el culete. Manda cojones la historia, porque conmigo nunca entraréis en discusiones de machismos, fememismos y puñetas en vinagreta, pero estas cosas me dan un poco de vergüenza de género.

Pero ya está, no va más allá. No se me preocupen ustedes que sigo amando a “Veronica Mars”. Qué le vamos a hacer si soy una romántica personajómana. Y no tiene nada que ver con rollos de mujeres, pues saber que Josh Duhamel es un cholo y Julian McMahon es tan prepotente como su personaje en “Nip/Tuck”, también me ha afectado. Pero comprendo que a ustedes les ponga pensar que estos gestos de prosti de Kellogg’s lo hace para su deleite personal. A mí también me gusta mirarle el culo a Matthew Fox, aún a sabiendas de que es un pamplinas.